El día 26 de octubre de 2012 fue el Día Nacional de la Esclerosis
Múltiple.
DEFINICIÓN:
Esclerosis es el endurecimiento patológico que sufre un tejido o un órgano. Dicho endurecimiento tiene lugar por
el aumento incontrolado de los tejidos conjuntivos que se produce a partir de
una enfermedad.
TIPOS DE ESCLEROSIS:
* Esclerosis
múltiple es la enfermedad
crónica que se produce por la degeneración de las vainas de mielina presentes
en las fibras nerviosas. Esta enfermedad genera trastornos del control de los músculos y los sentidos y no tiene cura, aunque
puede tratarse con medicación.
*Arteriosclerosis
es el endurecimiento de las arterias de mediano y gran tamaño. Su forma más
común se conoce como ateroesclerosis y genera una reacción inflamatoria.
Entre los factores que ayudan a reducir el riesgo de contraer esta enfermedad
se recomienda la dieta saludable, actividad física y no fumar.
*Esclerosis lateral amiotrófica es
la enfermedad degenerativa donde las motoneuronas (células del sistema
nervioso) mueren y provocan una parálisis muscular progresiva. El escritor
argentino Roberto Fontanarrosa y
el científico británico Stephen
Hawking son algunas de las personalidades que han sufrido o sufren
esta enfermedad.
*Esclerosis
tuberosa una enfermedad hereditaria que
produce la formación de masas anormales no cancerosas en la piel, la retina, los pulmones, los
riñones o el corazón, entre otros órganos.
SÍNTOMAS Y SIGNOS:
Aun no siendo la esclerosis una enfermedad hereditaria,
algunos estudios sugieren que la genética puede jugar un papel importante en la
susceptibilidad de una persona hacia la enfermedad. Si existe una persona
afectada en la familia, sus parientes de primer grado tienen una probabilidad
de desarrollar la enfermedad de entre un 1 a un 10 por ciento.
En
general, la esclerosis múltiple es una enfermedad de adultos jóvenes, la edad
media de aparición es de 29-33 años, pero la gama de edades de aparición es muy
amplia, aproximadamente desde los 10 a los 59 años; y las mujeres sufren la
enfermedad con una frecuencia algo superior a los varones.
Los
síntomas más frecuentes son:
·
Cansancio
·
Visión doble o borrosa
·
Problemas del habla
·
Temblor en las manos
·
Debilidad en los
miembros
·
Pérdida de fuerza o de
sensibilidad en alguna parte del cuerpo
·
Vértigo o falta de equilibrio
·
Sensación de hormigueo
o entumecimiento
·
Problemas de control
urinario
·
Dificultad para andar
o coordinar movimientos
Al
principio, los brotes en forma de alguno de estos síntomas se dan más a menudo
y el paciente se recupera de ellos con mayor rapidez. Otras veces la enfermedad
tarda mucho en mostrarlos. La mayoría de personas con EM experimenta más de un
síntoma y, si bien hay algunos muy comunes, cada paciente acostumbra a
presentar una combinación de varios de ellos, cuyas posibilidades pueden ser:
·
Visuales: visión borrosa, visión doble, neuritis óptica,
movimientos oculares rápidos e involuntarios, pérdida total de la visión (rara
vez).
·
Problemas de
equilibrio y coordinación: pérdida de
equilibrio, temblores, inestabilidad al caminar (ataxia), vértigos y mareos, torpeza en una de las
extremidades, falta de coordinación.
·
Debilidad: puede afectar en particular a las piernas y al andar
·
Rigidez muscular: el tono muscular alterado puede producir rigidez muscular.
·
También son frecuentes
espasmos y dolores musculares.
·
Sensaciones
alteradas: cosquilleo, entumecimiento
(parestesia), sensación de quemazón, sensibilidad al calor y otras sensaciones
no definibles
·
Habla anormal: lentitud en la articulación, palabras arrastradas,
cambios en el ritmo del habla.
·
Fatiga: un tipo debilitante de fatiga general que no se puede
prever o que es excesiva con respecto a la actividad realizada. Es uno de los
síntomas más comunes y problemáticos de la EM.
·
Problemas de vejiga
e intestinales: necesidad de orinar con
frecuencia y/o urgencia, vaciamiento incompleto o en momentos no apropiados; estreñimiento y, rara vez, pérdida del control de
esfínter (incontinencia).
·
Sexualidad: impotencia, excitación disminuida, pérdida de sensación
placentera.
·
Trastornos
cognitivos y emocionales: problemas con la
memoria a corto plazo, la concentración, el discernimiento o el razonamiento.
PREVENCIÓN:
La causa
de la enfermedad es, por el momento desconocida, por lo que no es posible su
prevención. Es recomendable realizar visitas periódicas al neurólogo para que
haga un seguimiento de la enfermedad, puesto que es él quien mejor puede
aconsejar e informar de los tratamientos a seguir en cada fase de la evolución
de la enfermedad o de las complicaciones que pueden aparecer. La incapacidad
suele ser progresiva, lenta y, en ocasiones, irreversible por la aparición
intermitente de nuevas placas escleróticas; aunque a veces también es posible
observar una cierta recuperación.
Según las
características de la enfermedad, los problemas psicológicos de las personas
con esclerosis múltiple no sólo dependen de los síntomas clínicos, sino también
de la inseguridad del pronóstico. De hecho, para las personas con mejor pronóstico
también persiste el temor a un agravamiento.
TIPOS
DE ESCLEROSIS MÚLTIPLE:
El curso
de la EM no se puede pronosticar. Algunas personas se ven mínimamente afectadas
por la enfermedad, y en otras avanza rápidamente hacia la incapacidad total;
pero la mayoría de afectados se sitúa entre los dos extremos. Si bien cada
persona experimenta una combinación diferente de síntomas de EM, hay varias modalidades
definidas en el curso de la enfermedad:
·
EM con recaídas o
remisiones: en esta forma de EM hay
recaídas imprevisibles (exacerbaciones, ataques) durante las cuales aparecen
nuevos síntomas o los síntomas existentes se agravan. Esto puede tener una
duración variable (días o meses) y hay una remisión parcial e incluso una
recuperación total. La enfermedad puede permanecer inactiva durante meses o
años.
·
EM benigna: después de uno o dos brotes con recuperación completa,
esta forma de EM no empeora con el tiempo y no hay incapacidad permanente. La
EM benigna sólo se puede identificar cuando hay una incapacidad mínima a los
10-15 años del comienzo, e inicialmente habrá sido calificada como EM con
recaídas o remisiones. La EM benigna tiende a estar asociada con síntomas menos
graves al comienzo.
·
EM progresiva
secundaria: en algunas personas que tienen
inicialmente EM con recaídas y remisiones, se desarrolla posteriormente una
incapacidad progresiva en el curso de la enfermedad, frecuentemente con
recaídas superpuestas.
·
EM progresiva
primaria: esta forma de EM se caracteriza
por la ausencia de ataques definidos, pero hay un comienzo lento y un
empeoramiento constante de los síntomas. Se produce una acumulación de
deficiencias e incapacidad que puede estabilizarse en determinado momento o
continuar durante meses y años.
DIAGNÓSTICOS:
El neurólogo se basa en la historia clínica y en la
exploración física del paciente. Por eso es muy importante que éste explique al
médico todos los detalles y síntomas que haya notado. La EM temprana puede
presentar una historia de síntomas vagos que tal vez se hayan mitigado
espontáneamente y muchos de estos signos podrían atribuirse a diversas enfermedades.
Por consiguiente, puede pasar cierto tiempo y tal vez haya un proceso
diagnóstico prolongado antes de que se sugiera la presencia de EM.
El diagnóstico de la esclerosis múltiple es esencialmente
clínico, no hay pruebas específicas para esta enfermedad y ni una sola es
totalmente concluyente. Los médicos consideran la posibilidad de una esclerosis
múltiple en personas jóvenes que desarrollan síntomas en distintas partes del
cuerpo, de forma repentina, como visión borrosa, visión doble o alteraciones motoras
o sensitivas. En consecuencia, para pronunciar un diagnóstico de EM se
necesitan varios procedimientos, que comprenden las siguientes exploraciones:
·
Historia clínica. El
médico pide una historia clínica que incluye el registro anterior de signos y
síntomas así como el estado actual de salud de la persona. El tipo de síntomas,
su comienzo y su modalidad pueden sugerir EM, pero se necesita un
reconocimiento físico completo y pruebas médicas para confirmar el diagnóstico.
·
Reconocimiento
neurológico. El neurólogo busca anomalías en las vías de los nervios.
Algunos de los signos neurológicos más comunes comprenden cambios en los
movimientos oculares, coordinación de las extremidades, debilidad, equilibrio,
sensación, habla y reflejos. Sin embargo, con este reconocimiento no se puede
llegar a la conclusión de qué es lo que provoca la anomalía y, por tal motivo,
deben eliminarse otras causas posibles de enfermedad que producen síntomas
similares a los de la esclerosis múltiple.
·
Pruebas de
potenciales evocados auditivos y visuales. Cuando hay desmielinización, es posible que la conducción
de mensajes por los nervios se haga más lenta. Los potenciales evocados miden
el tiempo que le lleva al cerebro recibir e interpretar mensajes. Esto se hace
colocando en la cabeza electrodos pequeños que monitorizan las ondas cerebrales
en respuesta a estímulos visuales y auditivos. Normalmente, la reacción del
cerebro es casi instantánea pero, si hay desmielinización en el sistema
nervioso central, puede haber una demora. Esta prueba no es invasora ni
dolorosa y no requiere hospitalización.
·
Formación de
imágenes por resonancia magnética nuclear. La resonancia magnética es una de las pruebas de diagnosis
más reciente, que obtiene imágenes muy detalladas del cerebro y la médula espinal,
señalando cualquier zona existente de esclerosis (lesiones o placas). Si bien
es la única prueba en la que se pueden ver las lesiones de la esclerosis
múltiple, no puede considerarse como concluyente, en particular porque no todas
las lesiones pueden ser captadas por el escáner y porque muchas otras
enfermedades pueden producir anomalías idénticas.
·
Punción lumbar. Se extrae el líquido de la médula introduciendo una aguja
en la espalda y retirando una pequeña cantidad de líquido para analizar si en
él existen anomalías propias de la esclerosis múltiple.
TRATAMIENTOS:
Un tratamiento relativamente reciente, el interferón beta
en inyecciones, reduce la frecuencia de las recidivas. Otros tratamientos
prometedores, todavía en investigación, consisten en otros interferones,
mielina oral y copolímero 1, que ayudarán a evitar que el organismo ataque a su
propia mielina. Aún no se han establecido los beneficios de la plasmaféresis ni
de la gammaglobulina intravenosa, y, además, estos tratamientos tampoco
resultan prácticos para una terapia de larga duración.
Los síntomas agudos pueden controlarse con la
administración durante breves períodos de corticosteroides como la prednisona,
administrada por vía oral, o la metilprednisolona por vía intravenosa; durante
décadas estos fármacos han constituido la terapia de elección. Otras terapias
inmunodepresoras (azatioprina, ciclofosfamida, ciclosporina y la irradiación
total del sistema linfoide) no han demostrado su utilidad y suelen causar
complicaciones significativas.
La recuperación, en esclerosis múltiple, significa que
desaparecen los síntomas parcial o totalmente, lo que también puede durar
semanas, meses e incluso años. El tratamiento de la esclerosis múltiple coincide
con la finalidad que se persiga:
·
Modificar la
evolución de la enfermedad. Ante un brote
de esclerosis múltiple se suele administrar cortisona. La administración (por
vía oral o en inyección) debe realizarse en un centro hospitalario.
·
Aliviar los
síntomas. Hay tantos tratamientos como síntomas, y cada enfermo es un
caso diferente. Estar en contacto con el neurólogo es la parte más importante
del tratamiento.
·
Superar las
secuelas. Después de un brote de esclerosis múltiple, la
rehabilitación ayuda a reincorporarse a la vida cotidiana y adaptarse a las nuevas
condiciones. Cada fase de la enfermedad necesitará una rehabilitación distinta
con profesionales distintos: neurólogos, urólogos, fisioterapeutas,
psiquiatras, oculistas, asistentes sociales, psicólogos.
·
Recursos para
enfrentarse a la enfermedad. El enfermo no
está solo ni indefenso ante los efectos físicos y psicológicos que tiene la
esclerosis múltiple.
·
Recursos
individuales.
-Hablar de lo que pasa y de
los sentimientos que la situación provoca.
-Tener una actitud positiva de
cara a la superación de los síntomas.
-No rechazar la ayuda de
personas cercanas ni de profesionales.
-Llevar una vida disciplinada
y tranquila.
-Establecer prioridades,
estrategias para desarrollar una vida social y pensar en situaciones que hagan
sentirse mejor.
-Determinar objetivos y hacer
planes de futuro.
-Tomar la iniciativa en todo
aquello que afecta a uno directamente.
-No lamentar las decisiones
tomadas.
-Evitar que la enfermedad sea
el centro de la vida del enfermo y de su familia.
-No buscar culpables de la
enfermedad ni de lo que no salga bien.
-Aprender técnicas de
relajación para superar las situaciones críticas.
-No dudar en acudir al
psiquiatra, al psicólogo, al fisioterapeuta o a cualquier profesional que pueda
ayudar a superar los trastornos asociados (depresión, pérdida de movilidad,
etc.).
Aun con
un diagnóstico de esclerosis múltiple, es posible llevar una vida activa y
plena. No obstante hay cambios que es necesario realizar y asumir. Para las
personas que rodean al enfermo tampoco es fácil aceptar la enfermedad. Hablar
de forma abierta y franca es el mejor principio para asimilarla.
A continuación incluimos un enlace de la página de la esclerosis múltiple: